Ampliar el espacio político implica
ampliar el espacio de toma de decisiones y extender la responsabilidad que ella
conlleva. Decidir es jugarse, respetar y defender, aceptar, cumplir,
determinarse. Esa determinación resulta en obligación moral respecto de los
resultados –esperados e inesperados- que puedan surgir de la misma.
Asistimos
al renacer de lo político, desde hace ya un tiempo considerable la arena se
presta e invita a entrar a quien tenga voluntad de hacerlo, dejamos atrás el
“que se vayan todos” que nos hundió en decepción y enojo y hoy, en lo más alto
de la oleada de aquel renacimiento, la política vuelve a ocupar destacado lugar
en los medios masivos de comunicación, en la vida cotidiana.
Ahora bien, ¿la participación efectiva
puede medirse a través de la comprobación de esta aseveración? ¿Realmente se
amplía el espectro político o ello solo es un discurso para cautivar que
termina siendo vacío de sustento manifiesto en la práctica?
La Ley 26.774 de Ciudadanía Argentina
considera electores a los argentinos nativos o por opción que hayan cumplido dieciséis (16) años,
como contrapartida a este derecho la norma estableció la obligación de
actualizar el DNI para poder hacer efectivo el derecho a sufragar, este
requisito fue cumplimentado por el 42,7% del total de jóvenes en condiciones de
hacerlo. Cerca de 600.000 adolescentes a nivel nacional podrán emitir su voto
en estas elecciones, (el 1,9% del padrón electoral nacional).
En nuestra
Provincia (Formosa) se encuentran habilitados 392.863 electores con lo cual representamos al 1,3% del padrón
nacional. Y según datos oficiales, se calcula que aproximadamente más de 12.000
jóvenes podrán sufragar en los próximos comicios. Esto es, el 3% de nuestro padrón
electoral provincial, el cual significa un número considerable al momento de
evaluar el impacto del mismo en las urnas.
Estimo que más allá de la intención de voto
de estos nuevos electores, los números nos indican una respuesta a la primera
pregunta que nos hubiéremos hecho, ya que al menos podemos -por el momento-
medir la intención de participación en el acto eleccionario de jóvenes que
demuestran de esta forma interés en un espacio antes absolutamente vedado para
ellos.
No
considero tampoco los motivos ciertos de este nuevo interés, no pongo en cuestión
si son oficialistas u opositores porque lo que me interesa destacar –lo que
para los fines del presente escrito es suficiente- es la apertura y
democratización junto con la respuesta participativa efectiva.
No es
para nada un dato menor, aunque a algunos les convenga verlo de esta manera, el
hecho de que más de 12.000 jóvenes formoseños se vuelquen a la política, se
interesen en participar, respondan a un
nuevo clima de reconocimiento de la política como herramienta de acción, como
espacio de expresión, esto es innegable y es bueno reconocer que si miramos
atrás podemos comprobar algunas diferencias: el espacio político presenta hoy
nuevos electores, ensancha la franja de ciudadanía, amplía al tiempo que mejora
nuestra democracia. No es solo un discurso, tiene connotación real manifiesta
en la práctica política.
Dejemos
de ser meros adláteres, seamos capaces de ver los logros de una gestión que nos
invitó a participar desde sus inicios, nos invocó a ser nuevos soñadores, nos
permite ser parte como protagonistas auténticos, reales y efectivos de nuestra
propia construcción democrática, de nuestra historia. Mas electores, más voces,
más participación, es más democracia.
Lic.
Karen E. Toledo
Raíces
Formoseñas
Observatorio
de Políticas Públicas
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